miércoles, 16 de enero de 2013

Reir y gozar (Proverbios 17:22)

Quizás usted crea que yo me la paso pegado a los libros de griego y hebreo, o con el último libro sobre erudición bíblica. 

No voy a negar que me gusta estudiar eso pero la verdad es que me gusta leer las tiras cómicas del periódico y casi siempre saco tiempo para ver alguna buena película de comedia.
¿Y usted?…¿Se divierte? O ¿está bastante ocupado tomándose demasiado en serio? Déjeme darle un consejo que a mí me ha servido mucho...¿está listo para escucharlo?
Bien..entonces... ¡Diviértase! ¡Llame a sus amigos y haga una fiesta!
La risa alegra el alma.

martes, 15 de enero de 2013

Sin ninguna carga (Mateo 6:21)

¿Está usted exhausto de llevar una carga tan pesada?  Me refiero a las deudas, o cosas materiales que nos están arrastrando a una vida llena de pesadumbres.

Veo como tristemente, los hispanos caemos en las garras del consumismo y empezamos a endeudarnos con cosas que son realmente innecesarias.

Píenselo, ¿para qué quiere tener un auto del año si el costo del mismo es exorbitante? O, ¿para que vivir en una casa grandísima si al final del mes, usted sufre para ver cómo paga la hipoteca?

Deshágase de todas esas cosas que le están costando dolores de cabeza. Vivirá más feliz.

lunes, 7 de enero de 2013

Pocas palabras (2 Pedro 1:21)

Unas trescientas palabras son suficientes para resumir en español toda la ley moral de Dios en los Diez Mandamientos. Dios la condensó aun más cuando dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt. 22:37-39). Solo setenta y cinco palabras componen la enseñanza definitiva sobre la oración, el Padrenuestro, en Mateo 6:9-13.

El hombre no tiene tanta capacidad para la brevedad esencial. ¡Hubo una vez un estudio gubernamental para regular el precio del repollo o la col que tenía más de veintiséis mil palabras!
Déle gracias a Dios por la provisión de su Palabra profunda.

sábado, 5 de enero de 2013

La caja de la humanidad (Colosenses 2:9)

Si consideráramos este mundo como una dimensión de tiempo y espacio, entonces una caja cerrada pudiera representarlo, con Dios fuera de la caja. Es imposible que la humanidad escape de la caja porque, por definición, lo natural no puede entrar en lo sobrenatural. Lo que está confinado al tiempo y al espacio no puede escapar a la eternidad ni a lo infinito.

Como hay algo dentro del hombre que anhela saber lo que hay fuera de la caja, él inventa deidades, que es la forma en la que proliferan las religiones. Las distintas religiones se convierten en una extensión del deseo del hombre de escapar de su caja, pero el anhelo del hombre de trascender la caja no puede resolverse porque él está confinado a la caja por su propia naturaleza.

¿Hay una forma de escapar de esa caja? Sí, las buenas noticias son que hay una manera, y es por medio de Cristo. El cristianismo reconoce que usted no puede salir de su caja, pero proclama que Dios ha invadido la caja desde afuera. Jesucristo ha entrado en su mundo para mostrarle cómo puede morar con Dios para siempre. ¿No aceptará su invitación?