La
mayoría de la gente en el mundo se perderá la próxima Navidad. ¿Cómo
puede ser? ¿Pero cómo puede alguien perderse la Navidad con la cantidad
de propaganda, publicidad y promoción que esta fiesta recibe cada año?
Porque a pesar de que muchos celebran la Navidad cada año, la mayoría no
sabe de qué se trata. A pesar de toda la promoción de la Navidad hecha
por los medios de comunicación, la mayoría de la gente la perderá porque
se ha tornado en algo poco claro.
Para
aquellos de nosotros que conocemos y amamos al Señor Jesucristo, la
Navidad es un tiempo para enfocarse en Su nacimiento. Pero aun nosotros
podemos quedar atrapados en un torbellino de actividades cerca del
tiempo de la Navidad y perderla en un sentido práctico. Satanás ha
atestado el concepto cristiano de la Navidad con tanta parafernalia
inútil, que su verdadero significado se pierde fácilmente.
Una Breve Historia de la Navidad
La
mayoría de los estudiosos dudan que el 25 de diciembre sea la fecha
verdadera del nacimiento de Cristo. No hay sustento bíblico para ello, y
sí alguno en contra. Esa fecha fue decidida por la iglesia en Roma en
el siglo cuarto, y tenían motivos específico para hacerlo.
Muchos
de los primeros habitantes de la tierra adoraban al sol porque
dependían del curso anual del sol en los cielos. La mayoría de la gente
tenía fiestas en el tiempo del solsticio de invierno (mediados de
diciembre), un momento en el cual los días eran más cortos. Ellos
construían hogueras para darle al dios del sol fuerza y revivirlo.
Cuando se veía que los días se alargaban, había un gran júbilo.
Los
padres de la iglesia en Roma decidieron celebrar el cumpleaños de
Cristo en el solsticio de invierno. Fue su intento de cristianizar las
celebraciones paganas populares. Pero no lograron que la gente se
ajustara. En cambio, las festividades paganas continuaron y nos quedamos
con una mezcla bizarra de elementos paganos y cristianos que
caracteriza nuestra moderna celebración de Navidad.
Los siguientes ejemplos le darán alguna idea de cuántas costumbres paganas conforman lo que hoy conocemos como Navidad.
Para
los romanos el mes de diciembre marcaba el festival de Saturnalia
(diciembre 17-24). Una de las costumbres más comunes durante ese
festival era darse regalos. De ahí proviene, por lo que sabemos, la idea
de intercambiarse regalos. La corona siempre verde también deriva del
festival de Saturnalia, durante el cual los hogares eran decorados con
ramas de hojas perennes.
Los
druidas de Inglaterra juntaban muérdago sagrado para sus ceremonias y
decoraban sus casas con él. Se cree que el primer árbol de Navidad fue
instituido por Bonifacio, un misionero inglés en Alemania en el siglo
VIII. Se supone que él sustituyó los sacrificios al roble sagrado del
dios Odín con un abeto adornado en homenaje a Cristo. Algunos afirman
que Martín Lutero introdujo el árbol de Navidad iluminado con velas.
"Santa
Claus" es una contracción de San Nicolás, un obispo en Asia Menor
durante el siglo cuarto, conocido por su extraordinaria generosidad. A
él se le asoció más tarde con la entrega de regalos a fin de año. San
Nicolás fue adoptado por los Países Bajos como el santo patrón de los
niños. En vísperas de San Nicolás, los niños dejaban sus zapatos llenos
de heno para el caballo blanco del santo.
No
es de extrañar que tanta gente se pierda la Navidad. La sencillez del
nacimiento de Cristo se ahoga en un mar de tradiciones, muchas de ellas
de origen pagano. Aún peor, cuando Cristo nació en Belén, la mayoría de
la gente de ese día se lo perdió. En los siguientes relatos del
evangelio, veremos seis maneras de cómo las personas no entendieron
Navidad, y aprenderemos a evitar cometer el mismo error nosotros mismos.
Preocupación Ignorante
Lucas
2:7 dice: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales,
y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el
mesón.” La primera persona que se perdió la Navidad era el posadero. Él
no había podido recibir a María y José, porque no había lugar para
ellos. Al parecer, él era indiferente a su situación - no hay ninguna
indicación en la Escritura que él llamó para pedir ayuda.
Note
que el versículo 7 dice: "Ella dio a luz a su hijo primogénito." María
se dio a luz a Jesús. Por sí misma, lo envolvió en pañales. José estaba
allí para ayudar, pero si era como la mayoría de los padres jóvenes,
debe haber sido de poca ayuda.
La
gente de Oriente Medio es hospitalaria, amable y atenta. No son
primitivos. Ellos no son el tipo de personas que dejarían una mujer
tener a su bebé sola. Pero en este caso, lo hicieron. ¿Dónde estaban las
parteras? Uno pensaría que el posadero conocía a alguien que podría
haber ayudado.
Lucas
nos dice que Le puso en un pesebre, que es un canal de alimentación de
los animales. Las telas con las que envolvió a Jesús eran largas tiras
de tela. Cada vez que nacía un pequeño, se limpiaba al bebé de
inmediato. A continuación, se envolvían al bebé con pañales y abrigaba
en una manta. Tarea que era normalmente llevada a cabo por una partera.
Pero María tuvo que hacerlo todo ella misma.
El comentarista G. Campbell Morgan escribió, Piense
qué patético. "Ella dio a luz", "ella lo envolvió en pañales". Es muy
hermoso, pero qué pena, qué trágico, qué soledad; que en esa hora de
todas las horas, cuando la mujer debe estar rodeada de la más tierna
atención, estaba sola. El método del escritor es muy claro. Ella con sus
propias manos envolvió al Bebé con los pañales y Lo acostó en el
pesebre. No había nadie que lo hiciera por ella. Otra vez os digo, qué
pena, sin embargo la gloria para el corazón de María (El Evangelio
según Lucas [Old Tappan, NJ: Revell, 1931], p. 36).
No
sabemos nada sobre el posadero, porque la Biblia no dice nada de él.
Algunos analistas especulan con que Jesús nació en un establo, algunos
piensan que nació en una cueva, y otros creen que nació en un patio
abierto en la posada. Una cosa sí sabemos: la hospitalidad que María y
José esperaban encontrar, no la encontraron - ellos fueron rechazados.
¿Por
qué el posadero se pierde la Navidad? Creo que la respuesta sencilla es
por la preocupación. Él estaba ocupado. Su hotel estaba lleno debido a
que había un censo en Belén. La ciudad estaba llena de personas cuyos
ancestros venían de allí. Ya que Belén era la ciudad de David, todos los
que eran de la línea de David estaban allí, incluyendo a José y María.
El posadero no fue necesariamente hostil y poco comprensivo, el estaba
simplemente ocupado.
Muchas
personas son como el posadero. Sus almas están llenas de cosas inútiles
- con cosas que no importan. Como resultado, se pierden el Cristo de
Dios. Nuestra sociedad está llena de lo innecesario, lo insignificante,
y sin sentido. Gastamos una fortuna en acumular cosas que les
permitirán a nuestros niños pelearse por ellas cuando muramos. Y nuestro
tiempo es devorado por las exigencias que nuestras cosas nos crean.
La
gente se pierde a Cristo en la época de Navidad, porque Él es
desplazado por un mundo que determina lo que deben pensar, hacer y
comprar. Al igual que el posadero, la gente hoy en día está preocupada.
El posadero no sabía nada sobre el bebé que María dio a luz, y ellos
tampoco. Ellos no saben quién es Cristo y por qué Él vino. En cambio,
están ignorantemente preocupados por lo mundano y lo que no tiene
sentido. ¡Qué triste es que muchas personas viven sus vidas en pos de
los mismos, sólo para despertar un día en la eternidad sin Dios!
Temor Celoso
En Mateo 2 nos encontramos con otro hombre que se perdió la Navidad: Cuando
Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del
oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los
judíos, que ha nacido? Porque Su estrella hemos visto en el oriente, y
venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda
Jerusalén con él… Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos,
indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca
del Niño; y cuando Le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya
y le adore" (v. 1-3, 7-8).
Herodes
era el rey de la tierra. Fingió su deseo de adorar a Jesucristo, pero
él tenía miedo porque había nacido Uno que fue llamado el Rey de los
judíos. La palabra griega traducida como "turbado" en el versículo tres
significa "estar perturbado" o "agitado." Conlleva la idea de pánico
total. Herodes entró en pánico. ¿Por qué? Tenía miedo de Jesús-miedo de
otro rey. Veamos por qué.
Julio
César nombró al padre de Herodes, Antípatro, a ser procurador o
gobernador de Judea bajo la ocupación romana. Antípatro a continuación,
logró que su hijo Herodes fuera nombrado prefecto de Galilea. En esa
oficina Herodes fue exitoso en sofocar las bandas de guerrilleros judíos
que continuaban luchando en contra sus gobernantes extranjeros.
Después
de huir a Egipto, cuando los partos invadieron Palestina, Herodes,
luego fue a Roma y en el 40 A. C. fue declarado por Octavio y Marco
Antonio (con el consentimiento del Senado romano) para ser rey de los
Judíos. Invadió Palestina el próximo año y, después de varios años de
lucha, expulsó a los partos y estableció su reino.
Debido
a que él no era judío, pero idumeo (un edomita), Herodes se casó con
Mariamne, heredera de la casa hasmonea judía, para convertirse más
aceptable para los Judíos a quienes ahora gobernaba. Era un orador,
guerrero, y diplomático inteligente y capaz. Pero también era cruel y
despiadado. Era increíblemente celoso, desconfiado y temía por su
posición y poder. Temiendo una amenaza potencial, ahogó a Aristóbulo su
sumo sacerdote, el hermano de su esposa, y después proporcionó un
funeral magnífico donde fingió llorar. Luego hizo que Mariamne se
suicidara, y luego su madre y dos de sus propios hijos.
Cinco días antes de su muerte (alrededor de un año después del nacimiento de Jesús), mandó a ejecutar a su tercer hijo. Una de las mayores evidencias de su sed de sangre y locura cruel fue mandar a encarcelar a los ciudadanos más distinguidos de Jerusalén poco antes de su muerte. Debido a que sabía que nadie lloraría su propia muerte, dio orden que los prisioneros fueran ejecutados en el momento de su muerte. Así él garantizaba que habría duelo en Jerusalén.
Ese
acto de barbarie fue superado en crueldad sólo por su masacre de "todos
los hijos varones que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos
años para abajo" (Mateo 2:16). Por medio de tal acción esperaba
eliminar cualquier amenaza a su trono de Aquel que los magos dijeron
había nacido Rey de los Judíos.
¿Por
qué Herodes perdió la Navidad? Miedo celoso. Para que no piense que no
hay más Herodes en este mundo, sólo tiene que leer la prensa diaria. El
hombre es depravado. Hay Herodes en todas las sociedades. Pero hay una
lección más grande para toda la humanidad.
Muchas
personas se pierden Navidad a causa de la misma clase de miedo que
tenía Herodes. Herodes tenía miedo de que alguien tomara su trono. Hoy
la gente tiene miedo de renunciar a sus propios planes, prioridades,
valores y moral. Ellos no quieren venir a Cristo porque Él entorpecerá
su estilo-Él se adjudicará sus vidas. Eso significa que tendrán que
modificar la forma en que viven. Los medios de comunicación le dicen a
la gente que hagan lo que quieren, dominen su suerte y tracen su propio
destino. El mundo está lleno de reyes que no se arrodillan delante de
Jesucristo, que se pierden la Navidad al igual que Herodes.
¿Y
usted? ¿Ha dicho que no a Jesucristo, ya que tiene miedo de lo que Él
le reclamará a usted? ¿Quiere ser el amo y señor de su vida y el rey de
su pequeño reino? Eso es trágico - ¡Su reino es mucho más glorioso!
Orgullosa Indiferencia
Una
vez que Herodes supo por los sabios que un niño iba a nacer, quien
sería el Rey de los Judíos, reunió "a todos los principales sacerdotes y
los escribas del pueblo, [y] les preguntó dónde había de nacer el
Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito
por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más
pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, que
apacentará a mi pueblo Israel” (Mateo 2:4-6). Herodes llamó a los
expertos.
Los
sumos sacerdotes eran el sumo sacerdote, el capitán de la policía del
Templo, y lo mejor de los demás sacerdotes -aquellos que tenían grandes
habilidades administrativas, docentes, y de liderazgo. La mayor parte de
los sacerdotes eran saduceos. Los escribas eran mayormente los
fariseos. Ellos fueron los lingüistas e intérpretes que entendían la
cultura y la historia de los datos bíblicos.
Los
dos grupos sabían dónde nacería el Mesías porque sabían que Miqueas
había profetizado que "Belén…de ti me saldrá el que será Señor en
Israel” (5:2). Una cosa que la nación judía había estado buscando, y aún
lo hace hoy en día, era el Mesías. Ellos habían estado esperando un
libertador a lo largo de su historia, especialmente cuando bajo la
opresión romana. Sin embargo, estos sacerdotes y escribas no estaban
dispuestos a recorrer los pocos kilómetros para averiguar si este niño
podría ser el Mesías.
Por
qué se perdieron la Navidad? Indiferencia. No les importaba. Tenían
todos los hechos, pero no necesitaban a un Mesías. ¿Por qué? Debido a
que se creían moralmente superiores- se consideraban perfectos
guardianes de la ley. En sus mentes eran todo lo que Dios podía pedir de
ellos. Se podría decir que estaban llenos de indiferencia orgullosa
porque la indiferencia es siempre el resultado de orgullo. No había
lugar para el Hijo de Dios en su sistema. Cuando el hijo mayor llegó a
la escena, Le odiaron y despreciaron. Así que tramaron Su asesinato y
clamaron por Su sangre.
Jesús
identificó su indiferencia en una punzante reprimenda en Mateo 9. “Y
aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que
muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente
a la mesa con Jesús y sus discípulos" (v. 10). Jesús se sentó a esta
comida con la gente que necesitaba su ayuda: los marginados, los
recaudadores de impuestos, traidores, y los pecadores. "Cuando vieron
esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro
Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los
sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y
aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque
no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”
(v. 11-13). Cuando los fariseos celebraban una fiesta, invitaban a la
gente de superioridad moral. Cuando Jesús celebró una fiesta, Él le dio
la bienvenida a aquellos que sabían que eran pecadores y estaban
desesperadamente conscientes de su necesidad de un Salvador.
Muchas
personas hoy en día se pierden la Navidad porque no se dan cuenta que
son pecadores. Así que ignoran a Cristo. No muestran ningún interés en
el Salvador, porque no entienden su necesidad de ser salvados. Ellos no
entienden que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23) - que el
pecado se arrastra a la gente a un infierno eterno. En consecuencia,
ignorar el remedio, ya que ni siquiera saben que tienen la enfermedad.
Rituales Religiosos
Lucas
2 indica otro grupo de personas que perdieron la Navidad: "Había
pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la
noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor"
(v. 8 -9). El ángel proclamó el nacimiento de Cristo, y los pastores
fueron a Belén para verlo. El versículo 20 dice: "Y volvieron los
pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían
oído y visto, como se les había dicho." De todas las personas en
Jerusalén, Dios señaló pastores para recibir la gran noticia sobre el
nacimiento de Cristo.
Los
pastores eran un grupo de personas despreciado. No podían mantener
todos los ritos de purificación y actividades, ya que estaban muy
ocupados atendiendo a las ovejas. Sin embargo, nadie más de la ciudad
vino a ver al niño Jesús, excepto los "impuros" pastores. Sin embargo,
dos personas especiales Lo advirtieron cuando Lo llevaron a la ciudad.
Lucas 2:25-26 menciona a Simeón, un hombre que "era justo y piadoso,
esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él y
le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte
antes que viese al Ungido del Señor.” Lucas 2:36-38 nos dice acerca de
Anna, una viuda que vio al Mesías en el templo y que hablaba del “Niño a
todos los que esperaban la redención en Jerusalén" (v. 28).
Sin
embargo, la masa de gente en Jerusalén se perdió la Navidad. El
nacimiento de Cristo tuvo lugar a pocos kilómetros de distancia. Fue el
cumplimiento de todos sus sueños y esperanzas – el evento que cambiaría
el destino del mundo – pero ellos se lo perdieron. ¿Por qué? La
religión. Estaban tan ocupados con los ritos de su religión que se
perdieron la realidad de Su Nacimiento.
Cuando
Jesús preguntó a sus discípulos: " ¿Quién dicen los hombres que es el
Hijo del Hombre? (Mateo 16:13), su respuesta fue: "Unos, Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas" (v.
14). Todo era especulación, estaban equivocados. Jesús no encajaba en el
sistema religioso de Su época. Y la gente lo sabía, después que dio el
Sermón del Monte.
La
religión maldecirá un alma más rápido que cualquier cosa, si ese algo
es otra cosa que la verdadera adoración del Dios verdadero. Un sistema
religioso falso da a una persona un lugar para esconderse - un lugar
donde puede enmascarar su espiritualidad. La gente involucrada en varios
cultos habla sobre Dios, Cristo, y la Escritura, pero no conocen a
Cristo. Están perdidos en medio de la religión. Entonces, el pueblo de
Jerusalén se perdió la Navidad mientras eran religiosos.
Idolatría
Los
romanos también se perdieron la Navidad. La profecía de Miqueas, sobre
que el niño Cristo nacería en Belén se puso en marcha por un emperador
gentil. Lucas 2:1-2 dice, "Aconteció en aquellos días, que se promulgó
un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese
empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de
Siria." Los soldados romanos registraron a la gente y realizaron el
censo.
A
lo largo de la vida de Cristo vemos la presencia de los romanos. Antes
de su muerte apareció Cristo ante Pilatos, el gobernador romano de Judea
(Juan 18:28-40). Cristo fue ejecutado por los romanos (Mateo 27:27-36).
Guardias romanos mintieron acerca de Su resurrección, propagando una
historia para encubrir la realidad de que Él resucitó de los muertos
(Mateo 28:11-15). Todos ellos se perdieron Navidad a causa de su
idolatría: adoraban a sus propios dioses. Cristo no encajaba con ellos.
Ellos adoraban a una multitud de dioses, y el pináculo de su culto era
la adoración del emperador. Así que en medio de su idolatría pagana se
perdieron Navidad.
El
mundo actual está lleno de personas que adoran a sus propios dioses. No
adoran ídolos como lo hicieron en la época de Cristo, pero todavía
tenemos ídolos y dioses. Algunas personas adoran el dinero. Algunas
personas adoran el sexo. Otros adoran coches, barcos y casas. Algunos
adoran el poder y el prestigio. Esas cosas son los dioses paganos de
hoy, los ídolos del siglo XXI. Y si eso es lo que está adorando, se
perderá la Navidad, también. Usted puede recibir algunos regalos, comer
una gran cena, y disfrutar de un árbol decorado de pino, pero se perderá
la Navidad.
El Exceso de Familiaridad
Tal
vez lo más triste de todo, es que la gente de Nazaret se perdió la
Navidad. Lucas 2:39-40 dice: "Después de haber cumplido con todo lo
prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de
Nazaret. Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y
la gracia de Dios era sobre él." Cuando Jesús volvió a Nazaret, Él no se
parecía a cualquier otro niño. Acompañó a sus padres a Jerusalén para
celebrar la Pascua cuando tenía doce años. Desconcertó a los doctores de
teología en el Templo (Lucas 2:41-47). Pasó treinta años de su vida en
Nazaret, sin embargo, los residentes no lo reconocieron.
Lucas 4 revela la tragedia que sucedió cuando Jesús reveló Su identidad a los nazarenos: Él
fue a Nazaret, donde se había criado, y como era Su costumbre, entró en
la sinagoga el sábado, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del
profeta Isaías. Y abrió el libro y encontró el pasaje donde estaba
escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a
los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año
agradable del Señor”. Y cerró el libro, y lo devolvió al ayudante y se
sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. Y comenzó
a decirles: "Hoy esta Escritura se ha cumplido esta Escritura delante
de vosotros." Y todos hablaban bien de Él, y se maravillaban por las
palabras de gracia que salían de Sus labios, y decían, "¿No es éste el
hijo de José?”... Y Él dijo: "En verdad os digo que ningún profeta es
acepto en su propia tierra" (v. 16-22, 24).
La
gente de Nazaret se perdió Navidad a causa de exceso de familiaridad.
Ellos conocían a Jesús como el hijo de José, y no Le consideraban
especial. Después de que Jesús terminó de hablar en la sinagoga, la
gente "levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta
la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos,
para despeñarle. Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue"(v. 29-30).
El
exceso de familiaridad es algo mortal. Me encuentro con tantas personas
que dicen haber sido criadas en un ambiente cristiano, pero no son
cristianas. El miedo se apodera de mi corazón cuando oigo eso. El exceso
de familiaridad coarta la convicción. Cuando usted ha oído algo muchas
veces y no hace nada al respecto, tal familiaridad puede generar
desprecio.
Marcos
6:6 nos da el análisis de Cristo del pueblo de Nazaret: "Estaba
asombrado de la incredulidad de ellos". Mateo 13:58 Y añade: "Y no hizo
allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos". El exceso de
familiaridad con la verdad de la Navidad puede generar un corazón de
piedra. Es mejor responder, mientras que su corazón es blando, o su
corazón se endurecerá y no tendrá la oportunidad de responder
(Proverbios 29:1).
Conclusión
Hay
muchas maneras de perder la Navidad: la preocupación ignorante, el
ritual, la idolatría, y la familiaridad excesiva. Pero detrás de todas
esas razones está la incredulidad. Muchas personas simplemente se niegan
a creer en Jesucristo. El apóstol Juan dijo: "En el mundo estaba, y el
mundo por Él fue hecho; pero el mundo no Le conoció. A lo suyo vino, y
los suyos no Le recibieron. Mas a todos los que Le recibieron, a los que
creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”(Juan
1:10-12).
Si usted se ha estado perdiendo la realidad de la Navidad en su vida, sepa que si recibe al Señor Jesucristo y cree en Su nombre, la Navidad se convertirá en real para usted. Puede suceder hoy en día, y es entre usted y Dios (2 Corintios 6:1-2, Romanos 10:8-11).
Adaptado de “Six Ways Satan is Stealing Christmas” de John MacArthur.
Disponible sobre el Internet en: http://www.gracia.org
DERECHOS DE AUTOR © 2011 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros (http://www.gracia.org/acercaDeGAV.aspx?page=dehrechos).
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