martes, 9 de octubre de 2012

“Porque nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:37).

El autor y orador creyente S. D. Gordon, dijo: “En la vida de todo hombre existe un trono. Y cuando el yo  o uno mismo está en el trono, Cristo está en la cruz. Pero cuando Cristo está en el trono, el yo o uno mismo está en la cruz.” Existe algo que usted acepta como lo mejor, que cautiva su atención, y que controla su vida. Sus decisiones son tomadas en base a eso. El plan de Dios no es que Cristo posea un lugar en su vida o que Él tenga prominencia en su vida. Jesucristo merece e incluso demanda, preeminencia en su vida. Sin refutación, sin rechazo, sin rival.¿Qué ocupa el trono de su vida: usted mismo-? ¿Su familia? ¿Su posición? ¿Su hogar? ¿Sus posesiones? ¿Su apariencia física? ¿Sus talentos? Pídale a Dios que le perdone por tener algo o alguien en el trono que no sea Él. Pídale que le dé fortaleza para arrepentirse y “re-entronarlo” a Él como Señor.