Si
usted no prestó suficiente atención, se le puede haber pasado una de
las noticias más importantes del Nuevo Testamento: el milagroso
nacimiento de Jesucristo. Mateo lo describió en un solo versículo. Una
afirmación tan breve sugiere que nuestro Señor y Su nacimiento virginal
no son simplemente una historia fabricada por el hombre.
Un
autor humano, escribiendo por iniciativa propia, tendería a describir
un evento tan extraordinario de manera más extensa, detallada y
elaborada. Pero no así el apóstol Mateo; él agrega otras circunstancias
que acompañaron al nacimiento virginal pero el hecho en sí, esta
expresado en una simple oración: “Estando desposada María su madre con
José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu
Santo.”
Mateo
dedica los diecisiete versículos previos a la genealogía humana de
Jesús, pero sólo esta parte de un versículo a Su genealogía divina. Como
el Hijo de Dios, Jesús “descendió” de Su Padre Celestial por un acto
milagroso y único del Espíritu Santo; más aún, el Espíritu Santo eligió
anunciar esa sorprendente verdad con una breve declaración en una simple
oración. Como todo lo que Dios hace, la frase de Mateo contiene un
solemne tono de autenticidad. Por contraste, una mentira humana tendería
a ser más exagerada, teniendo más material “convincente” que el que se
precisó en esta versión inspirada por Dios.
La
Escritura nos brinda poca información acerca de María y aún menos sobre
José. María era sin duda una joven de Dios, probablemente nativa de
Nazaret y de una familia relativamente pobre. José era el hijo de Jacobo
(Mateo 1:16) y era un artesano -probablemente un carpintero (13:55). Lo
más sobresaliente de él es que: “era justo” (1:19), con confianza
salvadora en la llegada del Mesías.
Lo
más seguro es que María y José fueran muy jóvenes cuando se
comprometieron (“desposaron”). Ella quizás tuviera doce o trece años; y
él, no mayor de quince o dieciséis. Algo habitual en esa cultura. Otro
aspecto dentro de la costumbre en ese compromiso judío, era su
naturaleza vinculante –la sociedad consideraba a ese hombre y esa mujer
casados legamente, a pesar de que la ceremonia formal y la consumación
fuera un año después. El propósito del tiempo de compromiso, era
asegurar la fidelidad de ambos cuando tuvieran poco o ningún contacto
social entre ambos.
María
y José se abstuvieron fielmente de tener relaciones sexuales durante su
período de compromiso, tal como requería el contrato. Eso también
estaba de acuerdo con la alta consideración de la Biblia respecto a la
pureza sexual; y a los mandamientos de Dios a la abstinencia sexual
antes de la ceremonia de matrimonio y para la fidelidad sexual
posterior. Por lo tanto, la virginidad de María era un importante factor
de su santidad.
Sin
embargo, la virginidad de Maria protegía algo mucho más importante que
su propia moralidad y su santa reputación. Aseguraba la deidad de Cristo
y apoyaba la veracidad de Su enseñanza y trabajos como el Hijo de Dios.
Si Jesús hubiera sido concebido por medios naturales -con José o
alguien más como padre- Él no habría sido Dios y no habría sido un
verdadero Salvador de pecadores. Pero sabemos que eso es absolutamente
contario a lo que Dios enseña.
El
apóstol Pablo, por ejemplo, fue muy claro y conciso cuando reiteró la
verdadera naturaleza de la Encarnación: “Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer” (Gálatas
4:4). Pablo no menciona a un padre humano porque de acuerdo con el Plan
Divino, Dios era Su Padre. Jesús tenía una madre humana (María) para
que pudiera ser hombre y se pudiera identificar con lo que significa ser
humano (Filipenses 2:5-7; Hebreos 4:15). Y tenía Paternidad Divina para
poder vivir una vida sin pecado, cumpliendo de manera perfecta la ley
de Dios por nosotros, siendo el sacrificio perfecto para nuestros
pecados.
Es
cierto que a pesar de los siglos transcurridos después de la
Inspiración Divina del Evangelio de Mateo, quien declara que Jesús nació
de una virgen, Su concepción milagrosa sigue siendo imposible de
comprender a través de la razón humana. Dios optó por no explicarnos los
detalles, así como eligió no explicar la creación del universo de la
nada, o el modo preciso por el que puede ser Dios en tres Personas. Dios
quiere que los creyentes aceptemos muchos de los elementos esenciales
del cristianismo por fe. El entendimiento completo tendrá que esperar
hasta que estemos en el cielo: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas
entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces
conoceré como fui conocido.” (Primera Corintios 13:12).