miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿VIVES PARA SERVIR AL IGUAL QUE JESÚS? Marcos 10-11

El Señor sanó y sirvió a la gente. Toca temas tabú, como el infierno, un lugar de tormento eterno para el que rechazó a Cristo; no hay purgatorio ni limbo. Jesús amó e invitó a los niños a ir a Él, porque “de los tales es el reino de Dios”. 

Confrontó al joven rico, un teórico de la ley y la vida, porque al ser desafiado no quiso dejar sus riquezas. ¿Sirve a Dios con su dinero? El propósito primordial de las palabras de Jesús no es legislar sobre el matrimonio, ni condenar el divorcio. Su intención es advertirnos sobre las causas e implicaciones de una tremenda tragedia social. En fin, este texto confronta el legalismo tanto del ‘permisivo’ como del ‘restrictivo’.

Jesús vino a señalar el camino del reino. En Palabras de Pagura: Porque atacó a ambiciosos mercaderes y denunció la maldad e hipocresía; porque exaltó a los niños, las mujeres, y rechazó a los que de orgullo ardían. Por eso es que hoy tenemos esperanza. 

(Cook-Foulkes.CBH.1990)Jesús ratifica que, El vino a servir, que es más grande el servidor. Sanó por misericordia al ciego Bartimeo. ¿Es Jesús su Señor?En Marcos 11, observamos al Señor Jesucristo que entra humildemente a Jerusalén, como el Rey de los judíos, pero montado en un pollino, es loado y alabado. Luego, al ver la higuera con hojas pero sin fruto, la deja estéril, al dejarla seca les enseña a tener fe al orar, al actuar y al perdonar.

Un lunes, se indignó el Señor al echar las mesas de los cambistas, dice: “Mi casa será llamada casa de oración, para todas las naciones, pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Marcos 11:17) El Señor actuó así, porque los líderes religiosos aceptaron como sacrificio a Dios, el cordero que sólo ellos vendían, y hacían de la religión un “modus vivendis” de lucro.

Jesús con mucha sabiduría enfrenta a los líderes religiosos ante la pregunta ¿Con qué autoridad hacía las cosas? Esto por lo que hizo en el templo... El Señor nos enseña a ser sabios ante los impíos. 

Podemos servir al orar, visitar, consolar al que sufre, o dar de comer al que tiene hambre y testificar y guiar a confiar en Jesús al no creyente.