viernes, 26 de octubre de 2012

SIGNIFICADO DE LA CRUZ Y EL DESCANSO DE JESÚS - Mateo 10-11

“El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará” (Mateo 10:37-39) Visión, metas, planes, estrategias, acción a seguir, evaluación; todo esto es clave en un proyecto, en una empresa y en la Iglesia. Jesucristo, tuvo todo esto en mente al enviar a sus discípulos para sanar a la gente.

El Señor Jesucristo seleccionó a los doce apóstoles, a quienes envió con instrucciones precisas al campo de la misión, a sanar los enfermos, expulsar los demonios, predicar el Evangelio del reino; a ser prudentes, a no temer en medio de oposición y los desafío a servir al Señor, al llevar su cruz, o sea identificarse con Cristo en su sufrimiento y su muerte.

Cristo no vino a poner odio ni que la familia se separe, sino a que ponga su prioridad en el Señor; no hay que llevar una cruz literal, al contrario, es identificarse con Cristo, y sujetarse a su señorío. ¿Él es tu Señor?

Luego habla de Juan el Bautista, quien tuvo dudas de Cristo, pero él, lo comprendió y le dio un mensaje real, en que el Señor sana, resucita y anuncia el Evangelio. Juan, fue el más grande mortal que Dios levantó; pero en el reino de Dios, el más pequeño, es más grande que Juan.

Jesús menciona que el pecado a Sodoma y Gomorra, será tolerable en comparación de otras naciones no arrepentidas, culpables de pecados. El Señor anima a depositar toda carga y problema en Él, ya que nos dará el descanso para nuestra alma. ¿Haz llevado tu gran problema y crisis al Señor? Él es la solución a tu conflicto. ¿Llevas su cruz? No un crucifijo, sino la marca del discipulado al evangelizar y hacer obra misionera.

Anda desesperado, angustiado por las crisis de la vida, medite: “Vengan a mí, todos los que están trabajados y cargados que yo los haré descansar” (Mateo 11:28) Descanse en el Señor, haga su parte y confíe en Dios.