Si
consideráramos este mundo como una dimensión de tiempo y espacio,
entonces una caja cerrada pudiera representarlo, con Dios fuera de la
caja. Es imposible que la humanidad escape de la caja porque, por
definición, lo natural no puede entrar en lo sobrenatural. Lo que está
confinado al tiempo y al espacio no puede escapar a la eternidad ni a lo
infinito.
Como
hay algo dentro del hombre que anhela saber lo que hay fuera de la
caja, él inventa deidades, que es la forma en la que proliferan las
religiones. Las distintas religiones se convierten en una extensión del
deseo del hombre de escapar de su caja, pero el anhelo del hombre de
trascender la caja no puede resolverse porque él está confinado a la
caja por su propia naturaleza.
¿Hay
una forma de escapar de esa caja? Sí, las buenas noticias son que hay
una manera, y es por medio de Cristo. El cristianismo reconoce que usted
no puede salir de su caja, pero proclama que Dios ha invadido la caja
desde afuera. Jesucristo ha entrado en su mundo para mostrarle cómo
puede morar con Dios para siempre. ¿No aceptará su invitación?