sábado, 24 de noviembre de 2012

JESÚS INTERCESOR Y DIGNO SALVADOR - Juan 16-18

En Juan 16, Jesús dejó al Espíritu Santo, el Consolador, quien convence de pecado, de justicia y de juicio; es quien “guiará a toda la verdad” y glorifica a Jesucristo, quien alienta a sus discípulos, ya que la tristeza se convertirá en gozo, cual mujer que sufre en su parto, pero cuando da a luz se goza. Aquí tendrá aflicción. Jesús da paz, el mundo conflicto, confíe en el Señor.
“No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo” (Juan 17:15-16)

El Señor Jesucristo, oró al Padre para que glorifique a su Hijo, porque él es la vida eterna; luego oró al Padre para que proteja a sus discípulos del maligno, o sea de las influencias del diablo; y finalmente ora para que otros conozcan al Señor y vean su gloria. La intercesión es vital en la vida cristiana. Tenemos que orar para que la Iglesia cumpla su misión de proclamar a Cristo como Señor y Salvador y ser sal y luz, es decir hacer buenas obras para que el mundo crea y glorifique a Dios.

La intercesión del Señor Jesucristo, tiene pertinencia hasta esta época. No es llamado a un ecumenismo, sino a ser santificados en la verdad, a ser uno en Él. “Para que el mundo crea que me enviaste”.

Más tarde el Señor fue arrestado, cuando le dio la cara a Judas el Iscariote, le dijo yo soy y cayeron a tierra. Pedro, corta una oreja al siervo del Sumo Sacerdote. Jesús lo calmó y sanó a Malco. Ante el Sumo Sacerdote Caifás quien dijo a los judíos que, “convenía que un solo hombre muriera por el pueblo”.  Luego en el patio de Anás, Pedro niega conocer a Jesús, éste es interrogado por Anás, y responde que todo sus obras fueran públicas, el Señor es golpeado, y dice: Porque me golpeas, enseñando que no se debe golpear al acusado. Pedro vuelve a negar a su Maestro.

Finalmente Jesús ante Pilato, éste le pregunta si era rey, y sobre la verdad, al punto que el mismo Pilato se convence y dice: “Yo no hallo en él ningún delito”; pero la gente embrutecida prefirió crucificar al justo Jesús, antes que al malvado delincuente llamado Barrabás.

Cuando oro sé que el Señor, “arregla” y aprueba la oración de fe que honra a Dios; además, el Señor sufrió por mi causa y por eso acuda a Él.