Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1:15
La mayoría de las personas piensan que el pecado es un acto o
comportamiento individual. Pero el versículo de hoy dice que el pecado
no es un acto; es el resultado de un proceso.
El pecado comienza con deseo, que está relacionado con la
emoción. Comienza cuando usted desea sentirse satisfecho al adquirir
algo, cuando tiene un anhelo emotivo de poseer algo que ve. Entonces la
tentación afecta su mente mediante el engaño. Usted comienza a
justificar su derecho a tener lo que desea. Su mente es engañada al
creer que la satisfacción de sus deseos satisfará sus necesidades.
Acto seguido, su voluntad comienza a planificar cómo va a obtener lo
que quiere, y cuando la lujuria es seducida (como quien dice) por la
carnada, queda preñada en el vientre de la voluntad de una persona. Por
último, ocurre el acto del pecado.
El saber cómo nace el pecado debiera ayudarlo a huir de la tentación.
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