viernes, 2 de noviembre de 2012

EL SEÑORÍO Y GRANDEZA DE JESUCRISTO - Mateo 27-28

Jesucristo fue grande, porque ni el complot de los líderes como sacerdotes, fariseos, escribas, ancianos, pudieron contra el amor del Señor y su plan de redención. Judas el traidor, “devolvió arrepentido las 30 piezas de plata”, reconociendo: “Yo he pecado entregando sangre inocente”.  

Jesucristo es grande, porque ni las acusaciones de los malvados religiosos ni la entrevista de Pilato, pusilánime de carácter, quien se dejó llevar por la chusma contratada por los líderes religiosos, pudo contra el carácter y plan de salvación de Cristo, quien decidió dar su vida por usted amigo, pecador. 

Jesucristo fue y es grande, porque no tuvo odio al pueblo que eligió a Barrabás un vil delincuente subversivo al imperio. Ni los azotes, golpes, burlas, ni la crucifixión, pudieron contra Él, porque sufrió y murió por ti. 

Hubo hechos sobrenaturales: El velo de tela gruesa se rasgó en dos; la tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron y gente revivió... 

Jesucristo fue y es grande pues fue sepultado como rey, en el sepulcro del rico José de Arimatea, que aseguraron con una gran roca y guardias, pero el Señor resucitó y apareció a las mujeres y luego a los discípulos.

También hubo hechos extraordinarios: Un gran terremoto, un Ángel bajó del cielo, y removió la roca y a pesar del soborno de los religiosos a los guardias, el Señor resucitó y esta vivo. Cristo Vive. Aleluya. 

El Señor nos dejó una gran comisión. “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:19-20 El desafío de la Iglesia Evangélica, es el de proclamar que hay perdón para todo aquel que se arrepienta y reconozca que Jesucristo es el Señor. Más de 3 mil millones de personas necesitan oir y leer la Biblia, y tener a Cristo en su corazón. Por esto, es vital que ores e inviertas para cambiar vidas en el poder del Espíritu Santo.


 

¿Jesús es el Señor y Salvador de tu vida? Pida perdón y reciba la salvación...

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